Hinchas enardecidos de River se enfrentaron con la Policía en las afueras del estadio Monumental, en Núñez, luego de que su equipo empatara con Belgrano 1 a 1 en el partido de vuelta por la Promoción (en la ida había caído 2 a 0) y descendiera a la «B».
El resultado de los bochornosos hechos fueron 72 heridos confirmados, entre ellos, dos efectivo policial que fue trasladado en grave esrado y de urgencia al Hospital Churruca y más de 10 detenidos.
Un total de 72 personas resultaron heridas, dos de ellos de gravedad, como consecuencia de los graves incidentes.
La información fue suministrada por la división Prensa de la Policía Federal Argentina, que aclaró que de esas 72 personas «25 son agentes de policía, que fueron derivados todos al Hospital Churruca».
«Según las informaciones que tenemos, hay dos efectivos en grave estado, con sendos traumatismos de cráneo por impacto de proyectiles», agregó el vocero consultado.
«Además de los policías también tenemos reportes de 47 personas con distintas lastimaduras que fueron atendidas en distintos hospitales como el Durand, Santojanni, Rivadavia, Fernández y Pirovano», amplió la fuente consultada.
Se registraron enfrentamientos entre los mismos hinchas del conjunto «millonario» en las plateas, mientras que otros agredieron a policías. También produjeron destrozos dentro del club y en las inmediaciones del mismo.
Las primeras hechos de violencia comenzaron en la tribuna local, cuando fanáticos intentaron bajar al sector que está casi al nivel del campo de juego, colgándose de las banderas, con la intención de invadir el césped.
Los bomberos contuvieron ese intento rociando las tribunas con las mangueras de alta presión, lo que dispersó en primer lugar a los pacíficos.
Por ello, Sergio Pezzotta debió terminar el cotejo a los 44 minutos del segundo período.
Dentro del estadio, hubo destrozos en el museo pero también hubo enfrentamientos en los sectores de prensa y del Instituto secundario.
El plantel de River tuvo que ser rodeado por efectivos de seguridad privada y los de Belgrano se tuvieron que ir esquivando piedras.
No faltaron los incendios de vehículos y otros focos ígneos, mientras que sonaban detonaciones por doquier y se hacían claramente audibles en las avenidas Udaondo y Del Libertador.
Los violentos hechos demuestran que, como escribió ambito.com en su edición del 23 de junio último en la nota titulada La necesidad de evitar otra Puerta 12, pese a la decisión de la AFA, el partido debía jugarse a puertas cerradas.