Múltiples obras literarias, cinematográficas, musicales, de comic y plásticas creadas en 1929 entrarán al dominio público bajo regulaciones legales del derecho de autor en Estados Unidos a partir del 1° de enero de 2025.
Según el centro Duke para el estudio del dominio público, quedarán libres de derechos de autor todas las obras del último año de la década de 1920, permitiendo “copiarlas, compartirlas y crear otras obras a partir de ellas”.
Algunas de esas obras literarias que entran en la lista son El ruido y la furia de William Faulkner, Adiós a las armas de Ernest Hemingway, las novelas El halcón maltés y Cosecha Roja de Dashiell Hammett, El misterio de las siete esferas de Agatha Christie, Una habitación propia de Virginia Woolf o la versión original en alemán de Cartas a un joven poeta de Rainer Maria Rilke.
Acompañando a las primeras versiones de Mickey Mouse que entraron al dominio público en este 2024, se incluirán varias animaciones más, incluyendo The Karnival Kid, que marcó la primera vez que se oyó al ratón hablar. También quedarán libres de derechos Chantaje de Alfred Hitchcock, El reloj negro de John Ford, y Dinamita de Cecil B. De Mille, todas estas siendo las primeras películas sonoras de estos directores.
También los investigadores del centro Duke resaltaron que tres obras de Salvador Dalí, Placeres iluminados, Las acomodaciones del deseo y El gran masturbador, estarán entre las piezas de arte que quedarán libres de derechos. Sobre esta cuestión, afirmaron que para que una obra entre en esta acepción del derecho de autor, debe ser sólo hasta que se cumplan más de 95 años desde su “publicación” según los estatutos legales.
El año 2025 marcará también el ingreso al dominio público a personajes clásicos como Popeye, el marino, de la tira cómica de E. C. Segar, Thimble Theater (Teatro Dedal), pero sin su habilidad de obtener fuerza mediante las espinacas, ya que según los investigadores este elemento apareció hasta 1932. Acompañándolo, estará también la primera versión del periodista Tintín, creada por Hergé en el semanario juvenil Le Petit Vingtième (El pequeño siglo XX) de Bélgica.
En la música, varias obras del compositor y jazzista Fats Waller estarán libres de derechos, al igual que piezas de Cole Porter y el clásico “Bolero de Ravel”. Según los investigadores del centro Duke, el dominio público sólo se limita a las partituras, más no a las grabaciones originales, ya que estas “están cubiertas por un copyright independiente con un plazo de protección diferente”.