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Newell’s se floreó en el Coloso Marcelo Bielsa y goleó 3-0 a Blooming por la Sudamericana

La Lepra superó ampliamente al frágil equipo boliviano y se sube a lo más alto de la tabla de su grupo. Portillo anotó el primer tanto a los 27 minutos y el ecuatoriano aumentó la diferencia a los 45. En el complemento, el juvenil volvió a festejar a los 17

Todas las victorias tienen un análisis distinto. Algunas se valoran desde el juego, otras desde lo anímico, algunas pasan por lo numérico exclusivamente, y muchas veces la relevancia pasa por la jerarquía del rival. Sin dejar de lado lo que está en juego. Bajo esa premisa, el triunfo de Newell’s 3 a 0 sobre Blooming en el Coloso debe tomarse como positivo en todo sentido: se jugó bien, se consolidó el lugar en la cima del Grupo E, se dejó atrás la bronca de la injusta derrota con River, y Heinze pudo guardar jugadores en medio de una seguidilla de partidos desgastante. Y el hincha se fue feliz, lo que no es poco.

Blooming ofreció poca resistencia, eso es indudable. Pero el mérito de la Lepra fue imponer desde el pitazo inicial la superioridad que mostraban los papeles. Newell’s no dejó que la ansiedad fuera su rival. No se dejó llevar por el murmullo del hincha que a los 15 minutos ya quería estar dos goles arriba.

De a poco los jugadores empiezan a interpretar la idea de Heinze. Mejor dicho, la ponen en práctica. Pasó ese tiempo de toque intrascendente sin cambio de ritmo ni rompimiento con pases internos. El equipo usa la tenencia como inicio de jugada, no se sonroja en dar algún pase demás entre zagueros, pero en algún momento, más temprano que tarde, aparece la verticalidad que el DT pretende para pasar de cámara lenta a quinta. Tal vez falta cerrar mejor esos avances, producto de cierta escasez de atacantes con presencia de área. Pero si el juego fluye, los goles llegan. Mucho más con un rival flojo de papeles.

El partido ofrecía facilidades para la Lepra. Por afuera Méndez era incontenible, con un Portillo ubicado como extremo en la planilla, pero con tendencia inevitable para meterse por adentro, lo que terminó siendo decisivo para el triunfo. Y por derecha, a Menéndez le costó un rato afirmarse, pero cuando se acomodó, también desniveló.

Tras varias aproximaciones, un robo del pibe Montenegro y un pasapelota rápido de Reasco dejó a Portillo de cara al gol. Y el juvenil definió como nueve, para respaldar la idea del Gringo: no hace falta jugar con 9 si otros ocupan ese lugar.

Un rato más tarde, otra vez Montenegro filtró para Reasco y el ecuatoriano definió cruzado para sentenciar temprano el partido. Este gol sí fue de nueve, hecho por un nueve.

Con una hora por delante, sólo quedaba saber cuántos goles iba a hacer Newell’s, algo que en el futuro podría ser clave en una definición del grupo mano a mano con Santos. Al final fueron tres, porque Portillo anotó otro abriendo el pie desde fuera del área con una jerarquía de crack;

Y Heinze decidió guardar energías y mandó a la cancha a la tercera línea, lo que impidió ampliar diferencias aunque Menèndez, Giani, Reasco e incluso Ortiz tuvieron chances.

Al fin y al cabo lo más importante se había cumplido: ganar para consolidarse en la tabla Sudamericana, rotar jugadores y sacarse la bronca de River. Mejor imposible.

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